1. No malinterpretar, no discutir. Conversaciones de poca profundidad
Puede ser suficiente con plantearse la pregunta: ¿Si lo tuvieses delante, le diría lo mismo?
2. Número razonable de conexiones
Cuando nos damos cuenta de que estamos constantemente atent@s al móvil, lo revisamos a cada rato, nos genera ansiedad el no comprobarlo y no pasamos ni un sólo minuto al día sin tenerlo cerca, podemos empezar a preocuparnos por la dependencia.
3. Uso de whatsapp durante interacciones en persona
Para poder prestar atención a las conversaciones y trasmitirle a la otra persona que lo estamos haciendo, puede ser recomendable mantener en silencio el teléfono.
4. Estados en línea
- “en línea” significa que la persona tiene WhatsApp abierto y que la aplicación está conectada a Internet. Sin embargo, no significa que la persona ha leído los mensajes en sus chats.
- “últ. vez en línea… ” se refiere a la última vez que alguien se conectó a WhatsApp.
- Consejo: Ajustes>ajustes de chat>avanzado> desactiva “última hora en línea” y vive en una placentera ignorancia, serás más feliz sin saber a qué hora estuvo en línea por última vez.
5. Reconocer nuestros estados…vigilar la ebriedad.
Cuando nos encontremos bajo los efectos de alguna sustancia es preferible alejarnos del whatsapp para no “arrepentirnos” a la mañana siguiente de conversaciones inadecuadas. En casos de extrema ebriedad puede llegar a ser recomendable apagar el móvil, sobre todo si nos encontramos en una situación de conflicto con nuestra pareja o alguna persona cercana.
6. Limitar los grupos
Debemos intentar moderarnos en el uso y si tenemos dudas antes de enviar el mensaje, reflexionar si es adecuado o excesivo….si queremos comunicarnos con alguien particularmente, es preferible salir del grupo y hacerlo individualmente.
- Consejo: Chat de grupo>info>silencio>selecciona el más apropiado a tu nivel de paciencia.
7. Instantánea es la forma de llegar, no la forma de contestar
La velocidad con la que llegan nuestros mensajes nos puede llegar a condicionar a la hora de querer obtener respuesta.
8. Respeto de horarios
Con el fin de ser un poco respetuosos con los descansos ajenos, es recomendable plantearse si la hora en la que enviamos el mensaje puede resultar muy tarde o muy temprana para la otra persona.
9. Cuándo podemos hablar de adicción
- Necesidad de dedicar cada vez más tiempo a la revisión y uso del Whatsapp, para obtener el mismo grado de satisfacción.
- Acceso a la aplicación cada vez más frecuente o durante periodos más largos de los que se tenían programados.
- Su uso provoca una disminución del tiempo dedicado a otras actividades lúdicas, profesionales o sociales.
- Síntomas de ansiedad, agitación, pensamientos obsesivos al respecto, que sólo se calmen al producirse revisiones constantes del dispositivo.
- A pesar de intentarlo, no se consigue abandonar la conducta recurrente.
10. Mensajería instantánea y fobia social
Lo que en principio podría ser una ventaja en cuanto al aumento de la comunicación con los demás, puede acabar convirtiéndose en una “jaula virtual” impidiendo a la persona desarrollar sus habilidades sociales en un contexto real, de persona a persona.
Fuente: Ignacio Calvo. Psicólogo Colegiado M-17.577