– El alcohol se procesa a través del hígado y con el paso del tiempo puede dar lugar a enfermedades hepáticas.
– El alcohol aumenta los niveles de triglicéridos y por lo tanto empeora la circulación sanguínea, aumentando el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.
– El consumo de alcohol está relacionado con una disminución de la masa ósea, incrementando el riesgo de fracturas y problemas de huesos.
– El alcohol son calorías vacías, aporta gran cantidad de energía sin ningún tipo de nutriente ni beneficio para la salud.
– El alcohol engorda y la explicación es muy simple; interrumpe la oxidación de las grasas e hidratos de carbono, produciendo que en lugar de quemarlos los almacenemos. Y no solo eso, sino que nos aporta un extra de calorías.
– El alcohol presenta una considerable densidad energética y su consumo se ha asociado al aumento de la sensación de hambre y a un menor control del mecanismo de la saciedad.
Aunque el alcohol es lo más preocupante de las bebidas alcohólicas, las calorías que aportan este tipo de bebidas se suman a las que ya ingerimos, por lo que disminuir su ingesta puede resultar de ayuda si queremos mejorar no solo nuestra salud a largo plazo, sino también nuestro riesgo de obesidad.
Tabla de calorías por 100 ml de bebida
Anís: 383 Kcal.
Cava o champán: 280 Kcal.
Coñac: 235 Kcal.
Moscatel : 360 Kcal.
Aguardiente: 350 kcal.
Sidra: 49 Kcal.
Tequila: 235 Kcal.
Vermut: 139 Kcal.
Vino blanco: 70 Kcal.
Vino tinto: 63 Kcal.
Vodka: 232 Kcal.
Ron: 232 Kcal.
Ginebra: 230 Kcal.
Whisky: 230 Kcal.
Conviene comparar estas calorías con la ingesta media de energía en la población española, que asciende a unas 2.000 Kcal en mujeres y a unas 2500 Kcal en hombres.
Está claro que beber una copa no hará que engordemos de repente, pero si el consumo de alcohol es abusivo o habitual, estaremos dando energía extra al cuerpo y las grasas dejarán de utilizarse creando depósitos en el cuerpo.
Una buena borrachera puede suministrarnos más de la mitad de la energía que necesitamos en un día y sumadas estas calorías del alcohol a las que ingerimos comiendo, podemos ponernos en casi 4000 kcal en un día.
Fuente: ABC