Es una iniciativa finlandesa, fruto de la colaboración entre la comunidad educativa y el gobierno de Finlandia. El método está obteniendo buenos resultados en la erradicación del ciberbullying y de la agresión, y ya lo está aplicando el 90% de los centros de educación primaria. Según los datos obtenidos, en el 79% de los centros ha desaparecido el bullying, y las agresiones han disminuido en un 18%.
La clave: actuar sobre los testigos
El método se basa en la modificación de la pautas que rigen el funcionamiento del grupo, en lugar de dirigir la atención hacia la víctima o agresor/a, ya que, a menudo, es la complicidad con el/la agresor/a lo que posibilita la agresión: es el miedo a convertirse, a su vez, en víctima o el deseo a sentirse parte del grupo dominante lo que impide pronunciarse al testigo.
Por tanto, uno de los objetivos del método es la modificación de la conducta de los testigos y la toma de conciencia de la fuerza del grupo para, empatizando, protegiendo y defendiendo a la víctima, aislar al/a la agresor/a.
Educando desde los 7 años
Los alumnos reciben una veintena de sesiones a los 7, 10 y 13 años, relativas a los modos de agresión, la convivencia, el respeto, la empatía, etc. El material que acompaña a las sesiones es diverso: libros guía, videojuegos, material virtual, reuniones, charlas con los padres y madres. Existe, asimismo, un buzón virtual en el que l@s niñ@s y jóvenes que son víctimas o testigos de actuaciones agresivas puedan denunciarlo.
Además de concitar la participación de l@s alumn@s, en cada centro se nombra a tres o cuatro profesor@s que habrán de responsabilizarse de los grupos anti agresión. Al mismo tiempo se reúnen con los/as agresores/as, con las víctimas, con l@s alumn@s que estimen convenientes y con los padres y las madres.
Fuente: Argia