Cuando vamos a discotecas, nos ponen en el podio a gogos. Todos guapísimos y guapísimas, delgadas y musculosos…Ahí están para que los miremos…como si tuviéramos que compararnos continuamente con esos cuerpazos…
En estos locales, sólo podemos mirar y bailar…casi no podemos hablar con esa música tan alta que nos ponen…el sentido del humor, la inteligencia u otras habilidades no podemos valorarlas en estos lugares.
A nuestra media naranja difícilmente la encontraremos en una discoteca…será más fácil encontrar relaciones de una tarde o noche.
Quizá incluso nos sintamos mal en un sitio en el que lo que más importa es la estética y lucirnos…puede que no nos guste eso de lucirnos o nos molesta que nos hagan un escaneo con la mirada.